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Fotografía de concierto: la guía que necesitas

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La fotografía de conciertos no son solo un simple recuerdo del evento; desde el resplandor de las luces hasta las expresiones apasionadas de los artistas y la euforia de la multitud, cada imagen cuenta una historia inolvidable. Un buen fotógrafo de conciertos tiene la capacidad de transportar al espectador al escenario, haciéndolo sentir como si estuviera allí mismo, entre la multitud, vibrando al ritmo de las notas.

Fotografía de concierto

Un reto creativo:

La iluminación variante, el movimiento constante y la necesidad de capturar tomas espontáneas hacen que muchos fotógrafos consideren la fotografía de conciertos uno de los géneros más difíciles y desafiantes de este arte. 

En esta guía, te ayudo a explorar los secretos y las técnicas detrás de este trabajo tras años de experiencia propia.

Planificación y preparación:

Muchos se saltan este primer paso, sin embargo fue mi mejor aliado desde mis inicios, cuando no tenía el mejor equipo ni los mejores conocimientos técnicos: investigar sobre la banda, el lugar y las condiciones de iluminación antes del concierto.

Desde que conseguí mi primera acreditación para un concierto, días antes me empapo de información: leo y escucho entrevistas a los artistas para conocer más sobre ellos, veo decenas de vídeos de conciertos para conocer a su técnico de iluminación y cómo funcionará esta, y también busco vídeos de otros conciertos en el lugar en el que este se celebrará, si no he trabajado nunca ahí.

Sobre el equipo:

En mi opinión, y aunque se me vayan a echar miles de fotógrafos encima, esta parte está como la tercera en orden de importancia. Durante mucho tiempo, trabajé con un equipo básico y económico. A día de hoy, con un equipo más profesional, te doy mis recomendaciones, al menos, sobre objetivos: intenta tener objetivos polivalentes y que te permitan poder actuar en cualquier situación

Un zoom de rango medio (un 24-70mm en mi caso) será tu mayor aliado, es con el que hago el 85% de mis fotografías de concierto; un zoom amplio, como un 70-200 para cuando tengas que hacer las fotos desde mucho más lejos; y por último, mucho más opcional y para un toque creativo de vez en cuando, un ojo de pez será muy socorrido en ciertas ocasiones.

Sea cual sea tu objetivo, lo más importante es que tenga una gran apertura de diafragma para compensar la oscuridad que normalmente existe en los conciertos.

Fotografía de concerito

Ajustes de la cámara:

Como ya te he indicado, los conciertos suelen tener ambientes oscuros, aunque al ojo humano no nos lo parezca, a nuestra cámara le costará captar luz de donde, realmente, no hay tanta.

Al hablar de velocidad de obturación, aunque el entorno sea oscuro, también hay movimiento, por lo que no deberíamos bajar de 1/125, a no ser que lo veamos muy muy claro.

Para compensar esto, trabajaremos con la menor apertura de diafragma posible, con lo que, además, podremos destacar al protagonista, consiguiendo un fondo desenfocado gracias a la profundidad de campo. Eso sí, ten mucho cuidado con el enfoque.

Respecto a la ISO, lo ideal sería tenerla entre 400-800, sin embargo, esto también dependerá de la capacidad de nuestra cámara, ya que una cámara de peor calidad nos dará demasiado ruido a 800, mientras que una cámara de gama alta aguanta altos valores de ISO sin problema ninguno.

Encuentra el Momento Perfecto:

La clave para una gran fotografía de conciertos es capturar el momento perfecto. Observa el escenario y anticipa los movimientos de los artistas. Busca momentos de intensidad emocional, como esas miradas penetrantes, momentos de interacción con el público, o entre ellos.

También la iluminación deberá ser capturada en ese momento concreto: experimenta con la luz disponible, desde los brillantes focos en el escenario hasta las luces estroboscópicas y los juegos de sombras y contraluces. ¡Mucho cuidado con los láser que apuntan directamente a tu objetivo, ya que pueden dañar el sensor!

Yo resumiría toda esta parte en el famoso “instante decisivo” de Cartier-Bresson.

Edita con cuidado:

Personalmente, soy fiel defensora de que, al menos en la fotografía de concierto, no editar las imágenes no es una opción, lo cual contradice un poco mi otro punto que defiendo de que el mejor fotógrafo es el que no tiene que editar, porque entonces sería editor y no fotógrafo, pero me explico:

Disparar en formato RAW es 100% obligatorio. A partir de ahí, ya nos lleva a la necesidad de procesar nuestras imágenes en un software para ello (Lightroom, Camera Raw, Capture One…). La edición será básica: iluminaciones y colores, poco más. Sacamos sombras, quitamos cositas quemadas, remarcar detalles…

Luego está el color. Yo siempre intento respetar el trabajo y decisiones del técnico de iluminación, que para algo está, sin embargo, esto puede resultar en pieles magentas o efectos raros. Simplemente ajusto los colores hasta tener un aspecto más natural.

Si queréis, en el futuro entraré más en detalle sobre la edición de fotografías de concierto.

En definitiva, la fotografía de conciertos es una forma de arte apasionante de capturar la magia de la música en vivo y compartirla con el mundo. Con las técnicas adecuadas y un ojo agudo para el momento perfecto, puedes crear imágenes impresionantes que cuenten historias inolvidables. 

¡Así que coge tu cámara, sumérgete en cada concierto y deja que la magia se despliegue a través de tu objetivo!

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